Todo lo que debes hacer para ser un jefe

Fuente: Metlife 10-07-2018


¿Quién no ha soñado alguna vez con convertirse en el jefe de su empresa? Más sueldo, más oportunidades, y sí, más responsabilidades. Puede que esta última parte no sea la favorita de nadie, pero aún así, todos hemos deseado dirigir a todo y todos, aunque sea por un día.

Ser jefe no es para nada fácil, como dijo el tío de Peter Parker, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, y se puede aplicar tanto a un superhéroe como a un puesto de trabajo. Porque tomar decisiones significa que si las cosas van bien, eres el responsable y si van mal, también.

No todo el mundo es capaz de aguantar ese grado de presión, por eso no es de extrañar que las personas que llegan a esas posiciones hayan seguido unos caminos muy parecidos (y sinuosos). Esa es la conclusión a la que han llegado Elena L. Botelho y Kim R. Powell, las autoras del libro ‘The CEO Next Door’, donde explican cuáles son los pasos a seguir para convertirse en el CEO de una empresa.

Para ello realizaron un estudio que duró diez años llamado 'El genoma CEO'. Analizaron a más de 2.600 jefes y presidentes de compañías y recopilaron más de 13.000 horas de entrevistas. Y así consiguieron descifrar el enigma de qué hace que una persona se convierta en líder o no. La mayoría cree que para poder dirigir una empresa es necesario haber estudiado en una de las mejores universidades del mundo, o enfocarse en ese objetivo desde que sales de la carrera o tener un currículum impecable con el que sea imposible que te digan que no a nada.

Pero, para sorpresa de todos, eso no puede estar más lejos de la realidad. En Estados Unidos por ejemplo, donde la competencia es extrema, solo el 7% de los CEO proceden de alguna universidad de la Ivy League. Y casi la mitad ha tenido más de una experiencia mala en el ámbito laboral.

Pero lo que los ha hecho jefes no son sus estudios en sí, o su CV, la clave ha sido su actitud ante el trabajo. Porque lo que los une son tres tipos de experiencias que tienen una cosa en común: valentía.

No temas a los trabajos pequeños

Lo primero que debemos comprender es que, como explica Kim Powell en Harvard Business Review, el camino al despacho grande no va en línea recta. A veces es necesario bajar un escalón o quedarse en el mismo nivel durante un tiempo probando cosas diferentes para recoger la experiencia necesaria para llegar a ser el jefe.

Y como prueba de ello está uno de los CEO a los que entrevistó para el libro. Un experto en marketing que entró a una compañía millonaria esperando hacerse cargo de una gran cuenta y lo que recibió fue un proyecto que había que empezar desde cero y con muy pocos recursos. Pero esa oportunidad, que en su momento pensaba era una bofetada en la cara, le hizo destacar y ahora es el jefe de una empresa que vale 1.500 millones de dólares.

Y tampoco a los trabajos grandes

No hay nada más aterrador que tener que hacer algo y no saber cómo. Pero a veces es necesario dar ese salto, arriesgarse y ver si funciona. Eso es lo que hizo un tercio de los jefes analizados en sus primeros diez años de carrera profesional y les fue muy bien.

La clave es estar abierto a todo y tener la capacidad de ir aprendiendo sobre la marcha. Eso y buscar activamente las oportunidades. Lo más probable es que los trabajos más atractivos y que supongan un reto no vayan a caer del cielo. Por eso los mandamases aconsejan pedir más responsabilidades, o participar en proyectos que requieran mucho trabajo y muy diferente, y decir siempre que sí a las oportunidades que se presenten.

Haz el trabajo que los demás no quieran

En numerosas ocasiones llegan proyectos imposibles que otros antes que tú habían empezado y que se han quedado en una gran bola de horror que nadie quiere, porque saben que ni en mil años podrá salir adelante. Ahí llega la oportunidad para enseñar a los demás lo preparado que estás para un cargo más importante, para demostrar que puedes con cualquier cosa, que sabes trabajar bajo presión, tomar decisiones,… es decir, sabes ser jefe.

En definitiva, sé valiente. Los que llegan al puesto más alto son los que arriesgan, a veces saldrá bien y otras no tanto, pero quienes siguieron estos pasos consiguieron llegar a CEO de empresas importantes mucho más rápido que los que se quedaron sentados esperando a que les llegara una oportunidad.